Cultura del Altiplano Cundiboyacense
Iris
Azucena Delgadillo
La región del altiplano cundiboyacense
es un gran meseta con verdes de todos los matices donde emergen poblaciones de
clima frio que tienen en común muchas de las costumbres heredadas de los
indígenas Muiscas y Chibchas que la habitaron en épocas antiguas y de las
tradiciones impuestas por la colonia. Chiquinquirá, Capital Religiosa de
Colombia es una de los destinos turísticos más apetecidos por los visitantes
quienes vienen a cumplir su promesa a los pies de la Virgen del Rosario en su
imponente Basílica ubicada en la Plaza de la Libertad, conocida como la Sala de
Recibo de los Colombianos.
Etimológicamente, su nombre proviene del
vocablo chibcha Xequenquira que significa pueblo sacerdotal o también tierra de
nieblas y pantanos, lugar de recogimiento y adoración de nuestros antepasados. Se erige sobre un hermoso valle rodeado
de grandes montañas y descansa como una gran dama sobre verdes praderas que brindan armonía y descanso espiritual. El
Cerro Terebinto reserva forestal, posee rutas naturales propicias para la
meditación acompasada por el arrullo de las especies que habitan el lugar. Sus calles de corte colonial, adornadas
con bellos balcones que datan de una época de leyenda y de historias propias de
nuestros abuelos, constituye el Centro Histórico y Cultural. Cada rincón está
poblado de poesía, por lo que ha merecido el nombre de Atenas Boyacense. Sus artesanías son el legado cultural de
muchas generaciones; de la tagua conocida como el marfil vegetal se construyen
delicadas figuras, producto de la sensibilidad de nuestros artesanos, los
hacedores de tiples y guitarras aún conservan la herencia romántica de los
cantores a sus enamoradas con serenatas y coplas nacidas de su corazón.Cada año se celebran dos fiestas en
honor a la Reina y Patrona de Colombia: el 9 de Julio se conmemora su
Coronación en la misma fecha de 1919 en Bogotá y el 26 de Diciembre, la
renovación milagrosa del cuadro con peregrinaciones provenientes de distintas
regiones del país y del extranjero.
Durante todo el año se llevan a cabo
distintas festividades religiosas y culturales como la Celebración de la Semana
Santa, la Feria Comercial Equina, Festival Juvenil de Teatro, Encuentro
Nacional del Tiple, Encuentro Internacional de Escritores, Concursos de Cuento
y Poesía, Feria Artesanal Nacional, el Festival de la Guabina Chiquinquireña y
el Aguinaldo, con amplia participación de todos los sectores y habitantes de
municipios cercanos que disfrutan de la “Fiesta Linda”. En las fiestas campesinas no puede
faltar la tradicional chicha boyacense elaborada con maíz y miel de caña, el
masato y el guarrús. Entre las comidas tradicionales se encuentran la mazamorra
chiquita, el cuchuco de trigo con espinazo de cerdo, la gallina sudada, los
envueltos de mazorca, las arepas de trigo rellenas de queso, las génovas de
cerdo, la longaniza, los dulces de colores y gran variedad de postres. La música charranguera cuyo principal
exponente es el maestro Jorge Veloza Ruiz hace parte del repertorio de toda
clase de fiestas sociales y su difusión y fortalecimiento se procura a través
de concursos como La Guitarra de Plata Campesina y el Concurso de Música
Popular RC Reina de Colombia promovidos por las emisoras locales. Por último, el impacto de la
globalización en nuestra región, ha sido positivo en cuanto ha favorecido la
realización de eventos como el Festival Internacional de la Cultura, en el mes
de septiembre, donde nos hemos deleitado con muestras de danza, teatro y otras
expresiones de distintas latitudes; lo negativo, surge en nuestros niños y
jóvenes quienes prefieren lo que viene de afuera, especialmente en la música,
que lo nuestro, lo autóctono, lo tradicional, lo que engrandece.
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